CARCINOMA DE CÉLULAS ESCAMOSAS DEL DÍGITO EN UN PERRO SIN RAZA DEFINIDA: INFORME DE UN CASO
Resumen
La piel, el órgano más grande del cuerpo, representa el lugar más frecuente de aparición de neoplasias. De hecho, un amplio abanico de neoplasias puede afectar a la piel, ya que esta estructura está constituida por una diversidad de tipos celulares susceptibles de transformación maligna. Además, la piel está constantemente expuesta a factores ambientales, lo que, junto con una elevada tasa de división mitótica y renovación celular, contribuye a la susceptibilidad neoplásica. Entre los tumores cutáneos más frecuentes se encuentran el carcinoma de células escamosas (CCE), el mastocitoma canino (MTC) y el hemangiosarcoma (HSA). El CCE es una neoplasia maligna que presenta diversas manifestaciones clínicas. En zonas de clima tropical, esta afección destaca como una de las neoplasias cutáneas más prevalentes en perros. El CCE se origina en los queratinocitos del epitelio cutáneo y se caracteriza por una elevada tendencia a la invasión local. Su formación se produce preferentemente en zonas glabras de la piel, así como en regiones de pigmentación clara o despigmentación. En el desarrollo de esta neoplasia influyen múltiples factores, como la predisposición genética, la exposición a elementos físicos y químicos, así como la radiación ultravioleta (UV) y la infección por el virus del papiloma (PV). Desde el punto de vista clínico, el CCE puede manifestarse como lesiones únicas o múltiples de tamaño variable.Estas lesiones pueden presentar características como papilas, escamas o formaciones similares a masas fúngicas, así como alopecia, ulceración, costras, eritema y hemorragia. El diagnóstico de esta neoplasia puede realizarse mediante un examen citopatológico, que proporciona resultados rápidos; sin embargo, para obtener un diagnóstico definitivo, es esencial un examen histopatológico. El tratamiento principal del CCE es la extirpación quirúrgica, que puede ir acompañada o no de quimioterapia, sobre todo en los casos metastásicos. El pronóstico del CCE está relacionado con la localización y el estadio clínico del diagnóstico, y es más favorable cuando se detecta precozmente y se trata con extirpación quirúrgica completa. El objetivo de este estudio es informar de un caso de CCE en una perra de 8 años de edad, sin raza definida, que presentó claudicación en el dedo con el crecimiento de una masa que medía 1,7 x 1,5 x 0,7 cm. Los exámenes radiográficos de la extremidad indicaban infiltración de los tejidos adyacentes, lo que sugería una neoplasia ósea primaria. El hemograma sólo mostró leucocitosis con neutrofilia. La paciente fue sometida a amputación del dedo tras evaluación quirúrgica. El análisis histopatológico de la lesión reveló una proliferación neoplásica infiltrante de células epiteliales escamosas queratinizadas organizadas en cordones y bloques intercalados con estroma fibrovascular. También se observó una desmoplasia moderada y depósitos de queratina rodeados de células neoplásicas. Las características histológicas eran compatibles con un proceso neoplásico originado en los queratinocitos de la epidermis, con comportamiento biológico maligno.
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